Corbata y camisa
El código de vestimenta de traje con colores a juego ya no es lo que era. Donde antes regía el traje gris oscuro, aparecen ahora infinidad de tonos que van desde el azul oscuro al verdinegro. En um ambiente clásico de trabajo es el antracita la elección más segura. La elección de la camisa y corbata resulta más abierta al consumidor, lo que hace un par de décadas era impensable.
Si a todo esto le añadimos un pañuelo de bolsillo (que vuelve a estar de moda), entonces las posibiliades son infinitas. Pero no hay que olvidar que esto representa un riesgo ya que la composición de accesorios estampados es un examen duro para cualquier estilo personal.
El tono de la corbata queda al gusto del consumidor siempre y cuando no se trate de un entorno muy conservador. Pero no toda corbata queda bien con cualquier camisa. Además puede que algunas combinaciones resulten ambigüas. Por supuesto es la camisa blanca un clásico. No existe casi ninguna corbata que no le quede bien. Una corbata de regimiento clásica rojo-azul y una camisa blanca con pañuelo de bolsillo blanco a rayas doblado en forma cuadrada es una combinación discreta que sin embargo no es demasiado conservadora.
Aún cuando algunos asesores de moda aconsejen a la hora de vestir empezar por la camisa y por último la corbata, tiene más sentido empezar por el traje y después la corbata, ya que de este modo se puede saber qué tonalidad de camisa es la adecuada.
Las corbatas rojo vino son muy demandadas en Outfits conservadores. Combinan perfectamente los tonos burdeos con las camisas blancas aunque también con camisas celestes y pasteles.
Cuando alguien quiera ser más atrevido puede probar con algunos estampados. Quizás con cuadros en azul claro y rayas finas rosas. En los Estados Unidos está muy de moda las camisas azules con el cuello blanco, aunque en Europa no esté muy extendido.
Las corbatas verde claro no son feas, sólo desapropiadas para la oficina, puesto que la corbata deber ser más oscura que la camisa. Con eso partimos de la base de la corbata blanca. Un azul claro es posible, pero la combinación de tonalidades debe ser perfecta. Lo mismo ocurre con el color crudo.
La solución: delicados estampados en verde o lila que no cambien los tonos claros de la camisa. Si el verde de la corbata es más oscuro, el estampado puede ser más grande. Sin embargo las corbatas verde oscuro provocan una impresión más bien rústica.
En corbatas azules depende del tono. Un azul claro es difícil de combinar con un tono que no sea blanco (a no ser que sea otro azul claro y que no tengan miedo de parecer un blandengue). Una corbata azul marino es la solución todo terreno. Queda bien con todo excepto con negro.
Naranja es un color que la mayoría no asociaría con la corbata clásica de trabajo. Pero la diferencia entre un tono butano y un sutil color cobre es enorme. En este caso combina con una camisa azul claro, ya que naranja y azul son colores complementarios. También cuadros o rayas con tonos azules son una buena elección para la corbata naranja.
Sólo hay un color para la camisa que nunca deberían llevar a la oficina: el negro. Por una parte combina con casi cualquier corbata, por otra parte da a uno la impresión de irse de fiesta más que de ir a trabajar. Más sobre el blog de moda...
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