¿Exagerado? Menos es más

Elegancia y sobriedad en la moda de caballero

¿Le recuerda a algo? Se pasa horas puliendo sus zapatos hasta que deslumbran, la corbata plateada de seda con estampado llamativo tiene pasador de corbata Y alfiler de corbata, los gemelos son grandes como pelotas de golf, las cadenas de oro cuelgan en su cuello, las cadenas del cuello de camisa decoran esta prenda y el abrigo tiene adornos de piel. Si nos fijamos en las mangas, éstas están abultadas por el reloj sobredimensional y los dedos se deforman por los sellos de oro gigantes. La camisa rebosa plieges y arrugas modernos, la corbata llama la atención desde el primer momento y el traje grita: ¡soy un modelo caro y de marca que ha sido hecho a medida! En todas las prendas que lleva se ven los logos de marcas caras en tamaño XXL y eso demuestra que apuesta por la calidad. Por ese motivo deja que en las mangas del traje aparezca la marca del diseñador (lástima que le haya tenido que quitar el precio de la etiqueta). En el intento de mostrar la calidad de sus prendas y su inversión por las marcas sólo un adjetivo le puede caracterizar: horrible.

Si este tipo de atuendo le molesta a la vista y cree que es una muestra de falta de gusto, entonces es que usted tiene el espíritu de los fundadores de la estética sencilla: de la moda elegante y modesta. Originalmente para desmarcarse de la apabulladora moda del siglo XVIII, este movimiento puso rápidamente sus propias reglas. La elegancia no se consideraba llena de cosas, sino como un aspecto sencillo. Al contrario de lo que se veía en esa época, este movimiento pensaba que la verdadera elegancia residía en la simplicidad de las cosas que, combinadas adecuadamente, conseguían una impresión perfecta al contrario de los atuendos recargados. Combine una camisa clásica con un traje sencillo, una corbata discreta (un estampado clásico que nunca pasa de moda son las rayas anchas) y unos zapatos apropiados (y limpios).

Pero conseguir el atuendo adecuado sencillo no es simplemente mantener las prendas limpias. La regla general es: lo recargado y lo barroco no quedan bien. Las prendas de calidad no deberían mostrar la marca sino lanzar el mensaje „no me puedo permitir comprar barato“. La etiqueta del traje en las mangas presenta una situación peleaguda ya que en principio no se deben llevar pero por otra parte sirven para diferenciar las chaquetas en un armario.

Los colores son discretos, los materiales nobles. Las joyas de gran tamaño son un tabú. El anillo de casado y el reloj se puede llevar. También unos gemelos muy discretos. Evite cualquier cosa deslumbrante y llamativo. DISCRETO es la palabra clave.

El modelo atemporal a seguir es el caballero inglés clásico. En lo que respecta a la corbatas, este atuendo se adapta perfectamente a las rayas regimentales británicas o las corbatas cub (con rayas anchas de color rojo, verde o azul). Como tejido por excelencia está la seda mogador o popelina irlandesa con una estructura mate que demuestra la calidad de estas corbatas. Un perfecto nudo windsor completa el atuendo. Con estos consejos aparecerá en la próxima fiesta como un verdadero caballero y se diferenciará de las masas.