El frac
Historia del traje y la sociedad parte 1
Es una lástima que algunos hombres crean que el traje oscuro es la cima del vestuario festivo masculino. Sin duda queda muy bien con la apropiada corbata negra o con un modelo en plateado. Para un baile o una ópera es un clásico que le hará quedar muy bien. Pero el rey del atuendo nocturno es el frac. Éste llama la atención por su elegancia y le pone la noche a sus pies.
Quien haya llevado frac alguna vez siempre quiere repetir la experiencia. Es el atuendo masculino más festivo y es considerado una verdadera obra de arte. Todo está perfectamente combinado y queda bien desde el corte hasta los accesorios.
Lo sorprendente en esta prenda es que su origen en realidad era buscar la comodidad. En el siglo XVIII el „frock coat“ era muy querido en Inglaterra. Este atuendo tenía una larga levita. Parecido al chaqué iba desde el pecho en línea recta hacia detrás. Desgraciadamente este traje era un poco incómodo para montar a caballo. Alguien tuvo la idea de cortarlo a la altura de la cintura por delante y así nació un clásico. Desde entonces el corte casi no ha variado.
El clásico frac se compone de una levita negra (raramente encontramos una azul marino), unos pantalones, camisa y chaleco. A esto le añadimos unos accesorios clásicos.
La levita llega hasta la cintura en la parte delantera y termina por detrás con una especie de cola redonda o con dos picos. El reverso es, al igual que el esmoquin, confeccionado con satén o seda. Los botones están recubiertos con la tela del color del traje. La levita nunca se abrocha y no debe ser más corta que el chaleco en el parte delantera.
Los pantalones a juego son negros y no llevan solapa. Llaman la atención en la pernera dos costuras bordadas en seda o satén en forma de raya. La función originaria era esconder la costura del pantalón. Un pantalón clásico de frac no lleva trabilla para cinturón ya que en primer lugar el cinturón apretaría la parte del chaleco o lo que es peor, puede quedar a la vista. El problema de la sujeción del pantalón se resuelve con tirantes.
La camisa del frac es también peculiar. Las mangas terminan en un puño simple que no tiene botones pero que se sujeta con gemelos. La pechera y el cuello de la camisa tienen un bordado piqué de forma que resultan más formales. Antiguamente la camisa era completamente en piqué, sin embargo con esta camisa y el chaleco casi no se podía mover, por eso la actual camisa encuentra el compromiso entre la óptica elegante y la comodidad. Hay algo que no se encuentra en una camisa de frac: los botones. La camisa se cierra con corchetes como el chaleco. Algunas piezas antiguas están decoradas aunque hoy en día con los clásicos corchetes con perlas siempre se acierta. Además pueden ir a juego con los gemelos.
Quien lleve un chaleco de frac la primera vez se preguntará el por qué de esta prenda pequeña y su origen. Este tipo de chaqueta fina sin mangas se une por detrás por una fina banda. Al igual que en la camisa, la comodidad es lo que cuenta. Debido a que el chaleco es de piqué, junto con la camisa de piqué el movimiento resultaba parecido al de los caballeros medievales con armaduras. El chaleco se cierra con los mismos corchetes que la camisa. A veces lleva en la parte central un lazo hacia abajo. Este se ata con el pantalón (o en su defecto con un botón en el interior del pantalón). De este modo se evita que el chaleco se mueva de sitio. Un vicio puede ser cambiar el chaleco por un fajín blanco. Esto sería admisible si es un dirigente y necesita más movilidad.
El atuendo se corona con una pajarita. Ésta es para el frac principalmente blanca (a menos que sea el jefe de comedor). Mientras que en eventos como el Vals de Viena o la gala de los Premios Nobel la pajarita con el nudo ya hecho está mal vista, para las demás ocasiones se puede llevar. Un pañuelo de bolsillo de seda blanca termina por decorar el traje.
Injustamente se burlan de los guantes de hombre antiguamente usados en el Vals. Actualmente son una pieza extremadamente apreciada en este tipo de eventos. Si no pregunte a una mujer a la que le ha tocado un acompañante con manos sudorosas. Con los guantes no ensuciará el vestido de su mujer ni se deslizarán. Lejos de ser querido, este accesorio formaba antes una parte esencial del frac.
Lo que nunca debería llevar es un reloj de pulsera. Si necesita un reloj puede llevar uno de bolsillo y engancharlo en el chaleco con una cadena.
Los zapatos son tradicionalmente de piel negra y llevan tacones con un lazo de seda. No siga esta moda al pie de la letra ya que hace más de cien años que estos zapatos se consideran antiguos. Unos zapatos de piel negra discretos o unos oxford son siempre bien aceptados.
Se puede omitir el chal de seda blanca o el sombrero de copa negro. Los grandes eventos se hacen en salas cerradas (fiestas de frac al aire libre son muy difíciles de encontrar) por lo que estos accesorios estarán todo el tiempo en el guardarropa. De esta manera puede llevar en lugar de el clásico frack-cape un chaquetón elegante.