La vuelta del chaleco
Quien viaja vive sin duda experiencias... los comerciantes ingleses del siglo XVII llegaron de Persia con una prenda de larga tradición en aquellos lugares pero que sin embargo fue todo un espectáculo en la fría y lluviosa Inglaterra. ¿Una chaqueta corta y sin mangas? ¿Para qué?
Entonces los subditos de la corona británica entendieron rápidamente que el chaleco era un prenda muy práctica. Poco a poco se fue originando la forma del chaleco corto y el clásico Wams en lo que conocemos hoy como el chaleco clásico. Al principio llegaba hasta la rodilla y se llevaba con una chaqueta por encina, pero el llamado justeaucorps se fue confeccionando cada vez más corto imitando al modelo persa.
Estas prendas se confeccionaban con caros brocados o telas de seda. Los hombres que los llevaban querían demostrar su posición. A veces se llegó muy lejos y se forró el chaleco con algodón para que tuviera más volumen. Una moda que hoy en día sería impensable.
Para algunos hombres que llavaban chaleco como Eduardo VII no era necesario ningún relleno. El monarca puso de moda la regla que hasta hoy en día funciona: no abrochar el último botón del chaleco. El orígen: estaba de tan buen ver que simplemente no podría abrocharlo.
La tendencia del chaleco llamativo cambió en el siglo XIX cuando la moda se volvió más sencilla y discreta. En lugar de utilizar seda, el chaleco se confeccionó con el mismo tejido que el traje y permaneció una parte importante del traje hasta hace bien poco. Hoy en día aún existen fieles a esta prenda que perciben en traje como 3 piezas: pantalón, chaqueta y chaleco. Y es que tiene varias cualidades: calienta en la temporada fría, mantiene la camisa en su lugar, hace que la corbata no se mueva y hace una figura en forma de línea recta muy elegante.
Debido a la guerra y a la falta de tela, esta prenda fue desapareciendo de la vida cotidiana. Además los edificios empezaron tener una mejor calefacción, por lo que el chaleco ya no fue esencial. En general se impuso el traje de dos piezas aunque para eventos importantes el chaleco sigue siendo una prenda muy importante.
Aun así, aunque el chaleco haya desaparecido del traje de negocios, esta prenda ha vuelto para la moda del tiempo libre. Los vaqueros del lejano oeste los siguen llevando y los chalecos de Safari son casi obligatorios para el atuendo de un explorador. Los nuevos chalecos se confeccionan de todos los materiales posibles, desde la resistente microfibra a materiales ignífugos. También los chalecos de piel han sido muy queridos en los 80. Para los obreros esta pieza es muy útil ya que mantiene el cuerpo caliente sin la molestia de las mangas y permite llevar muchas cosas en sus infinitos bolsillos.
El look retro que está de moda rescata una vez más al chaleco del traje y algunos diseñadores famosos ya hacen sus colecciones con esta prenda sin mangas.
Los chalecos modernos tienen un corte ajustado. Depediendo del estilo pueden pertenecer al traje de caballero clásico que destaca por sus rayas de ejecutivo y sus detalles o pertenecer a la americana y vaqueros de telas más informales. El aspecto positivo del chaleco es que se puede llevar no sólo con camisa de negocios, sino también con camiseta y vaqueros. Además los más contemporáneos llevan una corbata pañuelo en el cuello con las partes finales metidas en el chaleco. A continuación llevan una boina con estampado de pata de gallo o príncipe de Gales y quizás unos tirantes. Voilà un estilo reto perfecto.
La tendencia del chaleco es: la opulencia del satén o la seda y los chalecos estampados ya no son clásicos. Se pueden llevar con una chaqueta larga o un traje de negocios. Eso sí, se deben combinar con la corbata y pañuelo de bolsillo adecuado.
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