¿Cómo reconocer una buena corbata?
Calidad, material y confección
El otro día apareció un compañero radiante de felicidad: „me he comprado una nueva corbata“, me contó, „y sólo ha costado un par de euros. Es genial ¿verdad?“. Este es un ejemplo de un momento difícil en la vida de un hombre que tiene que decidirse entre una respuesta diplomáticamente correcta y la verdad. Los cabezas de familia también entienden este problema cuando han recibido como regalo corbatas que han desterrado al fondo del armario ya que nunca saldrían a la calle con éstas. Claro que los hijos pequeños no entienden de seda mogador a la hora de elegir la corbata de navidad.
Entonces ¿cómo reconocer una buena corbata? Esta es una pregunta que frecuentemente aparece en los foros de moda masculina. Mientras que en la camisa y el traje la tela juega un papel esencial, en la corbata no se aprecian posibles errores a primera vista. A pesar de eso no todas las corbatas son iguales.
El material es el aspecto más importante. El más común para una corbata es la seda. Algunos fabricantes intentan imitar el brillo de la seda con materiales como el poliéster. Desgraciadamente estos materiales brillan más de lo debido y se nota entonces que no han costado nada. Cuando se tenga que elegir una corbata de poliéster (y este tipo de corbatas tienen sus ventajas, por ejemplo su resistencia al desgaste y a la hora de limpieza) entonces se debe optar por la microfibra. Este último material tiene una confección más elaborada ya que el hilo es más fino. El brillo es mucho menor y tiene una óptica mucho más parecida a la seda que el poliéster convencional. En las corbatas de seda el brillo demuestra que que se han utilizado los materiales correctamente y la corbata tiene profundidad. Las superfícies mates también muestran calidad. La seda mogador es un ejemplo mate con su estructura rugosa discreta. Las corbatas regimentales británicas usan esta óptica mate con seda popelín que les da un aspecto muy noble.
El siguiente punto a tener en cuenta es el acabado de la corbata. Si los bordes son lisos y acaban en picos puede que alguien haya intentado plancharlos (sí, no se sorprenda, hay bárbaros que torturan de este modo a su corbata) o la corbata ha sido confeccionada a máquina. Los bordes de las corbatas trabajadas a mano son más bien redondeados.
No es algo seguro pero cuidado: algunas corbatas tienen en la parte trasera debajo de la etiqueta una especie de lazo donde se esconden las terminaciones de la corbata. Mientras esta característica no afecta a la visión general de la corbata, demuestra que el fabricante se ha esmerado más de lo normal. También los rellenos más fuertes aparecen en corbatas buenas antes que en las de oferta.
¿Tiene su corbata por detrás una costura perfecta que llega hasta el final triangular de la corbata? Lástima, eso parece otra vez una confección a máquina. Una corbata tejida a mano está cosida por encima de estos bordes, inclso algunos modelos más exclusivos sólo tienen puntos que permiten que la corbata no se abra.
La última prueba para la corbata: déjela que cuelgue para ver la caída. ¿Cae de manera lisa hacia abajo? Magnífico. ¿Se da la vuelta? Entonces no ha sido cortada de manera limpia. Tradicionalmente la tela de la corbata se corta diagonalmente en dirección del hilo de la tela. Sólo de esta manera la corbata consigue la estabilidad necesaria. Por ese motivo las corbatas a rayas tienen el estampado diagonal.
¿Cómo? ¿Le han engañado? ¿Su corbata está cosida de manera extraña por la parte trasera y tiene una forma asimétrica? ¿En lugar de un relleno tiene siete trozos de tela que han sido reunidos y cosidos? ¡Felicidades! Lo que tiene delante de usted es una corbata sevenfold, una obra de arte en la cultura de la corbata. Este modelo no tiene relleno, ni costuras complicadas pero tiene una caída simplemente perfecta. Estas corbatas están confeccionadas siguiendo un método de confección muy antiguo. Sin embargo hoy en día se han extendido otras técnicas para plegar las corbatas. De este modo una corbata sevenfold se puede encontrar con cinco o seis plegados. Incluso a veces se encuentran reforzadas con algún relleno.
En este caso puede prescindir de cualquier medida de seguridad para probar la calidad. Una corbata de esas características cuesta el doble de tiempo de confeccionar que un modelo estándar y necesita casi tres veces más seda. Nadie se esmera tanto en producir algo y ponerlo a un precio de oferta.
Finalmente: las corbatas buenas no tienen por qué ser caras. En grandes almacenes puede que encuentre modelos de poliéster a precios realmente altos mientras que en una tienda online puede encontrar con un poco de suerte una corbata de mogador clásica por 20 €. De esta forma cuando encuentre alguien con una corbata extremadamente brillante, quede bien con una sonrisa y sea compasivo.