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Se suele decir que con el traje siempre se va elegante a un evento. Eso es cierto siempre y cuando se eviten algunos errores. Con un traje es posible hacer el ridículo si no es el correcto.
Por supuesto se puede tener el traje perfecto para cada ocasión en el armario. Algo más sencillo y sobre todo más económico es tener trajes que sirvan para la mayoría de las ocasiones.
¿Cuáles son los motivos que le impiden prestar atención a la moda de su armario? ¿No hay dinero? ¿No tiene interés? ¿No dispone de tiempo? Algunos de estos impedimentos se pueden superar.
Incluso cuando la temperatura sube y hace más calor (aunque a veces no lo parezca) no significa que tenemos que mezclar el código de vestimenta para ir de copas con el de la playa. Se presume que se va a ir más ligero, pero en ningún caso desastre.
En el momento en que entra en una sala el que está en ella ya le ha calado. No siempre acierta pero la primera impresión es lo que cuenta. Con este punto de vista no resulta superficial que se preste atención al aspecto, es más, evita cualquier opinión negativa.
No sólo se tiene que ir bien cuando se está en su ciudad. No se entiende cómo algunas personas sólo por el hecho de ir unos cuantos de cientos de kilómetros fuera de su ciudad deben olvidar cómo vestir e ir disfrazados, además que la ropa que llevan no parece ni cómoda.
Un verdadero caballero se reconoce porque su estilo no acaba en la puerta de casa. El estilo es un modo de vida. Eso significa que aunque nadie lo vea no se comporta de manera inadecuada.
Un traje es una inversión. Tiene mucha más libertad si tiene el armario lleno de trajes. Para el primer traje tiene que prestar atención a una cosa: la versatilidad.
A veces la corbata parece después de poco tiempo como si hubiéramos bajado el Monte Everest. ¿Calidad mala? Quizás. Puede que sea un mal cuidado.
De la misma manera que el chaleco fue desapareciendo del atuendo de negocios clásico, se está introduciendo esta prenda en la moda para el tiempo libre. Menos mal, ya que el chaleco tiene simplemente algo de especial.
Siempre que algo puede salir mal, al final sale mal. El clásico: justo antes de una cita importante un botón de la camisa se le cae. Esto es un fastidio pero el mundo no se acaba si se conoce el arte de coser un botón y realmente no es tan difícil como parece.
El estilo perfecto no es garantía de éxito. Pero ayuda un montón. Por eso es una lástima que pequeños detalles como una corbata demasiado larga o unos calcetines blancos de tenis destruyan el atuendo en general.